Poema inspirat en Los cuernos de Don Friolera, de Ramón María del Valle-Inclán, pel seu pas en versió d'Ainhoa Amestoy al nostre festival.
La gente murmura, con lengua traidora,
siempre del lado de mi perdición.
Jamás contemplaron ni noche ni aurora,
ni el hielo que hiela mi pobre rincón.
No ven mis vigilias ni el alma sin sueño,
sólo comentan lo torvo, lo ruin.
Yo edifiqué con honor mi pequeño reino,
una casa de oro, sin fin ni confín.
No vi al demonio colarse en mi muro,
ni al pueblo que helaba mi fuego interior.
Confieso: mi alma perdió su conjuro,
desde que un hombre sembró su terror.
Mandado ha romper mi linaje dorado,
¡mi sangre, mi estirpe, mi noble bastión!
El odio y el miedo me tienen tomado,
mis nervios son cuerdas, mi mente, prisión.
Construí con mi oro… ahora está frío,
se apagó el rugido del león sin sol.
Recibo sarcasmos, desprecio baldío,
¿qué he hecho yo para ser un bufón?
De mi alma sólo quedan cenizas, carbón,
¿cómo criar a mi niña en el abismo atroz?
Me arrastro en las sombras, sin rumbo, sin son,
y el cuervo me canta su canto feroz.
Su madre no tiene ni gota de pena,
ni aquel que arrancó de mi pecho el calor.
Todo este legado, mi torre serena,
fue para cuidar mi zona y honor.
¡Que alguien me saque de esta podredumbre!
¡Salvadnos, mi hija y mi alma en dolor!
De esta mujer cruel, de este pueblo sin lumbre,
de este mundo maldito que mata el amor.
"Samy Frangipane" (Soufiane Et Tahery)
