El teatro y, sobre todo, el teatro clásico, tiene en su ADN el conflicto, la disputa, la pelea, el enfrentamiento, el mordisco, la sangre, la bilis, el puñetazo, la torta, la bofetada, la picadura envenenada, el tiro certero, el diálogo de francotirador y la situación mina antipersona, pero todo eso aparece y desaparece en el escenario. Y nos muestra la guerra entre humanos para que nosotros, una vez terminada la representación practiquemos la paz entre congéneres sean o no nacionales de la misma bandera, porque los conflictos teatrales trascienden a cualquier banderizo y a cualquier lengua, ya que son espejo del alma humana.
Me gustaría invitarles a disfrutar de estas dos semanas en Peñíscola con lo mejor del teatro clásico que se ha producido estos años en nuestros territorios. Una nueva cita en la que podremos disfrutar de XXV siglos de Historia del Teatro, sólo que este año la cronología va a la inversa y abriremos el festival con el siglo XIX, continuaremos con el XVIII, pasaremos por el Barroco y terminaremos con nuestros maestros: los griegos.
No lo duden y acompáñenos en esta nueva edición en la que todas y todos brindaremos por la salud y los clásicos.
¡Salud y clásicos!
Javier Sahuquillo, director del festival.